
VIVIENDO LA FE EN FRATERNIDAD
Hoy en día en medio de tanta problemática social, en medio de tantas dificultades históricas y de salubridad mundial, donde el individualismo impera y el consumismo seca el corazón. La fe se encuentra con una gran tarea, propiciar el encuentro, desarrollar a partir de la comunidad dominical grupos en los cuales se pueda vivir la fe, no como un contenido de verdades que se deben precisar y exponer, sino como una vivencia vital y experiencial.
Hoy más que nunca debemos fortalecer la dimensión comunitaria de la fe. Nadie se salva solo, la Encarnación y misión de Jesús nos ha revelado una verdad fundamental, el Hijo de Dios se hizo hombre y compartió su humanidad, entregándose a todos pero de manera particular a un grupo de amigos, que la tradición conoce como apóstoles. Jesús se rodeó de amigos y amigas que conocieron a fondo su corazón y en cierto modo entendieron su misión.
Hoy la Iglesia sin dejar de atender a la asamblea dominical, debe propiciar el encuentro con Cristo en la Iglesia, también de los grupos pequeños, que a modo de células forman la gran estructura eclesial.
David Garrido Perero. Seminarista de tercera fase
